domingo, 29 de julio de 2012

El palo

     Prometí hacer una entrada para continuar mi cabreo del día anterior. Una entrada en la que iba a explicar el por qué estoy cada vez más convencido que lo único que buscan estos mentirosos que ¿dirigen o digieren? el país es que la propia europa nos eche del euro para poder hacer así lo que les salga del nabo. Una entrada en la que iba a exponer las ventajas que para nosotros ciudadanos podría tener que nos rescatasen e impusiesen un gobierno competente y no este hato de ignorantes chupacuartos que viven en las cortes. En donde dijese que no podemos ser el país de la OCDE con mayor ratio de políticos por habitante y el menor de trabajadores del estado. En donde hablase de la ignorancia rancia y cobarde que transmite Gallardón -y todos los que le bailan el agua- con el tema del aborto. Pero no lo haré. No porque no tenga ganas, no, ni porque me falte razón, si no porque ya he llegado a un punto de tal cabreo que sólo me queda esperar que me den una razón -la última, en realidad- para hacer la maleta e irme a buscarme el destino que yo merezco y no el que me ofrecen.

     Así que, mientras espero a que la ineptitud de quienes nos (des)gobiernan me ponga de patitas en la calle -si es que ese momento llega-, me he puesto a pensar en cómo conseguir hacerme rico sin dar palo al agua. Y he llegado a la conclusión, mi querida -escasa, pero fiel- audiencia, de que en esa frase llevo mi propia salvación. El palo que tengo que dar es exactamente eso: un palo.

     Porque, desde que el mundo el mundo (y eso es mucho, mucho antes de que cualquiera de vosotros existiera), la fama, el reconocimiento y el prestigio, incluso las felicidades más oscuras, llevan forma de palo. Pongan un palo en su vida y encontrarán la felicidad. Y a los hechos me remito:

  • Si a un caramelo le ponemos un palo, se crea en Chupachups.
  • Si fuera un paño el empalado, habríamos inventado la fregona.
  • Poned un palo a los muñecos de cualquier niño pequeño. Con una pelotita tenemos el futbolín.
  • Coge el palo de la escoba si tu marido no te hace caso.
  • Y, por supuesto, si en realidad el problema es que tu marido no funciona... Sí, efectivamente, un palo fue el primer consolador (y no gasta pilas).

     Así que, hala, ahí os dejo, que yo, sinceramente, estoy esperando encontrar algo a lo que meterle un palo. Y si es un político... siempre podré empalarlo.

domingo, 22 de julio de 2012

Manifiesto

Necesitaba un poco de calma, chicos. Necesitaba separarme un poco de toda la mierda que rodea la tan cacareada "marca españa". Estoy hasta los cojones de esos filibusteros, de esa neoélite que se diferencia del vulgo autodenominándose "clase política" como si hubieran salido de una estirpe más noble. Puede que alguno de ellos hereden por vía sanguínea su arrogancia y las prevendas de su puesto en la cúspide de la corrupción y allí, entre cortes y gürteles de tapadillo, hagan su agosto con nuestros inviernos, pero no dudo ni un momento de su total y absoluta ineptitud para hacer cualquier otra cosa que no sea vender humo y vivir del cuento, malditos chupópteros que se creen dioses. Nos gobiernan los emperadores romanos, autoproclamados divinos, tantos como diputados, concejales, consejeros y demás comadrejas satélites unos de los otros. Todos nombrados a dedo. Y cuando digo todos, digo todos sin excepción, pues no existe democracia real en ningún partido con representación en las cámaras. ¿Para cuándo una reforma electoral y una elección directa?

Y como siempre, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey -o, en este caso, presidente-. ¿Cabe acaso mayor fraude a la democracia que el prometer una cosa y hacer la diametralmente opuesta? Y no me vengáis con argumentos de que lo mismo hizo Zapatero. En primer lugar, Zapatero lo hizo tres años después de su elección, y no seis meses, y hubo de pagar por ello no poco precio, dejando a su partido en una situación similar a la de treinta años atrás. Ahora dicen que es por salvar a la patria, porque son medidas incómodas que no hay más remedio que tomar. ¿Se puede acaso ser más cínico? ¿Y si esas medidas había que tomarlas, por qué no se apoyaron hace año y medio? ¿O hace tres meses? No contestes, no, que ya lo hago yo por tí. A eso se llama electoralismo. Y demagogia.

Y mentir. Mentir como miente Montoro cuando afirma que habrá funcionarios que cobrarán la extraordinaria cuando que, por ley, no hay funcionario que cobre un salario inferior a los 978 euros al mes. Mentir como mintieron las comunidades autónomas con su déficit para poder echarle más mierda al anterior gobierno y ahora, ¡oh, fatalidad! encontrarse con que hay que ajustarse los machos y no teniendo por dónde recortar, sablear al común de los mortales subiendo el IVA de los libros de texto pero no así el de los productos de lujo.

No, señores políticos. No les creemos. En los seis últimos meses nos han cambiado el mundo. Ya no hay sanidad pública. Hay bolsas de exclusión social, en donde las patologías se enquistarán multiplicando el gasto sanitario a todos los segmentos de población. Ya no hay educación para todos, asegurando que en el país de la padrinocracia aquel que por pura valía personal se ha partido el brazo para ganarse un puesto no pueda repetir semejante hazaña. Quedan, sí, las pensiones, pero es que los pensionistas sostienen hoy por hoy ese paro que cual tumor se multiplica sin cesar y es lo único a lo que de momento no han tenido los arrestos de meterle mano con descaro, aunque ya caerán. Caerán, claro, las pensiones altas, no así las de aquella gente que, con todos mis respetos, no hay cotizado en su puta vida y ahora viven del papo. ¿Es este un mundo justo?

Me río de mi pregunta. La justicia. ¿Qué es eso exactamente? ¿Una secta de personas que se creen instituciones y que se deja dirigir por alguien tan sincero que está casado mientras deja que su escolta le "cubra" las espaldas (y hablo en un sentido completamente literal) a cargo del erario público porque no le llegan los diezmil euros mensuales netos que cobraba por su puesto de presidente del CGPJ? No sólo el cinismo gobierna en nuestros políticos, si no toda clase de gobierno parece afectado por idéntico mal.

El poder corrompe. El poder absoluto, corrompe absolutamente. Tal vez sea hora de que alguno pruebe a vivir sin poder, como otros estamos sin poder vivir. Mañana, más.