viernes, 3 de junio de 2011

Samurai

     Lo cierto es que ir a un gimnasio es como visionar un crisol de personalidades, una pequeña ciudad en sí misma, al menos en el mío, pero eso pasa también porque somos varias decenas de miles de socios (sí, sí, como lo oís). Y como siempre se dijo, cada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas. Hay gente que se cree Pavarotti en las duchas y se dedican a destrozar tímpanos cantar a voz en grito. Luego están los Adonis que se acicalan en los espejos del vestuario (y hasta en los de la sala de pesas) durante veinte minutos o más, claro que a esos los perdono porque suelen estar muy buenos y soy un materialista de mierda, jajaja.

     Vale, me estoy dando cuenta de dos cosas. Uno, que cada vez soy menos asexual. Dos, que empiezo a comprender por qué hay gente a la que le caigo mal, jajajaja.


     Bueno, a lo que iba. Estaba yo el otro día haciendo el monas con mis pesas (porque la verdad es que cada vez levanto menos peso y yo creo que estoy entrando en crisis gimnasteril) mirando a ver a quién podía pedir ayuda para no perder la dentadura haciendo press banca, cuando me fijé en él. Un señor de unos cincuenta años, con su barra para hacer abdominales oblícuos, girando para un lado y otro y rotando sobre sí mismo, estaba en plena faena cuando de repente, cogió el palo y se puso a hacer movimientos de un lado a otro, eso sí, con lentitud, todo muy en plan Zen (palabra estupenda porque empieza con Z, obviamente). Resultaba admirable verlo con tanta majestuosidad moviendo sus brazos de un lado a otro, o bueno, habría resultado admirable de no ser que, en uno de sus tan admirables movimientos, la barra de plástico salió disparada hacia mi rostro atónito, dejándome una marca enrojecida que sólo en mi cara dolía más que en mi autoestima.

     Conclusión: No importa dónde vayas, no importa con quién estés. Cuando menos te lo esperes, la vida te dará un leñazo. Por muy Zen que éste sea.

22 comentarios:

  1. Je, je, je... me has hecho reír... te diré que mi vecina de arriba, una señora mayor que vive sola, aunque por el ruido que hace pareciera que encima nuestra viven LOS SERRANO, cuando está en plena orgía de mover muebles, siempre le grito (lo sabemos porque nos lo contó ella en el rellano de la escalera): "QUE EL TAICHÍ ES EL ARTE DE MOVERSE EN SILENCIO, le voy a decir a su profesor del centro de mayores que la suspenda!"

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  2. jajajajajjaa, ya vez, eso te pasa por ver mucho!!jajajajajaj

    un besooooo
    me haz hecho reir jajaja
    pobre!

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  3. jajajaja que mala suerte!! Y que mal por el señor te pudo sacar un ojo! o tu numero! jajaja

    bueno te dejo un pensamiento zen! que me lo dijo el mismisimo BUDA

    "En el momento que entiendes como tu sufrimiento ha llegado, estás ya en el camino para liberarte de él"

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  4. hay z que palta (que vergüenza) contigo. Habrá sido un accidente pero igual que te dijo el tio.
    te pidió perdón, te invito una gaseosita xa conversar ¡?

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  5. Lo de los gimnasios es como una secta. Muy fácil entrar pero difícil de salir. Menos mal que te dan palos. Eso es para que no tengas tanta adoración. Seguro que dejas de hacer muchas otras cosas importantes por el maldito gimnasio de los huevos. Los prohibiría por Ley en beneficio de la humanidad.

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  6. Me gustaba más antes, cuando la gente no iba a los gimnasios y cada uno tenía lo que tenía por don propio, hoy en día ves tanta homogeneidad muscular que aburre...

    bss

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  7. Ja, ja. "Vigila", decía mi madre.
    Por cierto, esto de que el gimnasio es un microcosmos me parece muy interesante.
    Propuesta: de esa pequeña ciudad al mundo. ¿por qué no escribes relatos sobre esa fauna ubranagimniasil?
    Saludos sin blogger,
    Igor Kutuzov.

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  8. Es que tú tienes un imán para este tipo de accidentes… hay que ver, en vez de Z te tendrías que llamar P de patoso (y de pasivo) jajaja la situación tiene que haber sido bastante cómica…

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  9. Jajajaja, BRAVO SAMURAI!!

    Es que lo que no te pase a ti... yo ya he anunciado en un blog de por ahí, que hoy a lo más tardar me voy a anotar en el gimnasio que está cerquita de mi casa, que ya va tocando eso de moldear otra vez la tripa hasta hacerla desaparecer, como a principios del milenio, y volver a conseguir esos triángulos encima de las tetillas (que no les se el nombre).

    Bicos Ricos

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  10. ¡Qué gracioso eres! Me alegro de que no te hiciera daño la lanza esa... Pero estoy con STULTI en esto de los gimnasios: tanto ejercicio, levantar pesas y demás torturas os han comido el coco con tanto marketing. Por lo menos no es para mi, no. Me apunte a un gimnasio en Miami cuando viví allí en los '90 y al tercer día de ejercicios extenuantes y contraproducentes (veía que me moría de un infarto) lo dejé. Mi ejercicio hoy en dia (ya que no me como un rosco a nivel sexual) es caminar. Punto pelota. Besotes, M.

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  11. jajajaja, digo disculpa la risa pero no es para menos, lo curioso es que sin conocrte la cara, me imagino a un hombre guapo con uan marca roja por la cara...y eso no es de Dios!!! jejeje

    PS. habemso Pavarottis bien entonaditos!!!

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  12. Hay otra enseñanza que no sé si es ZEN pero que es muy práctica: Observa la vida con detenimiento porque puedes aprender mucho de ella. Pero obsérvala a una distancia prudencial ;)

    Un beso (a cámara lenta)

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  13. Hay que mirar, pero desde lejos... ;D

    Cosas que pasan Z. La vida misma. Como el gimnasio.

    Saludos

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  14. jja Cari, si dices que sois varias decenas de miles (eso sin exagerar, que exagerando seréis varias decenas de millones, jaj) y dices que eres vecino del ex- embajador, solo puedes estar hablando de La Solana, jaja Bueno, anda, eso te pasa por hacer el indio en un gym, para ponerte mas cachas para la próxima foto para el blog... Asi que el peligro, en realidad no está en los cincuentones que hacen el chorra mientras sudan, sino en los blogs, jajaa


    Bezos.

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  15. Palo a los mirones... Jajajajajajajaja... Muy gracioso... ¿Y no te compensó el daño hecho? Jajajajajaja... Ya lo dice mi jefe que hacer deporte es peligroso.

    Un abrazo.

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  16. Vamos que tanto misticismo para que te quisiera partir la cara luego. Por eso tiraba de rollo zen, para que así nadie sospechase de él jajajajaja.

    Besos!

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  17. jajaja, pobre! Me imagino que iría como un loco a pedirte disculpas...
    Y que no te venza la crisis gimnasteril. El gimnasio obviamente te está dando grandes recompensas que te vendrán muy bien para cuando se te pase del todo esa incomprensible asexualidad, jeje.
    Besos...

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  18. A mí ayer se me escapó la raqueta y le di con ella en toda la cabeza a mi compañero de dobles. Y un pelotazo en el culo. Y hace dos semanas se me escapó un zueco haciendo el moñas y casi le vuelo la dentadura postiza a la madre de una amigo. Yo soy justo el otro extremo, un peligro con patas. Me despisto, me tropiezo y se esmorra el que viene a sujetarme, ese tipo de accidentes.

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  19. Eres el ejemplo perfecto de la frase' ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio' Aunque en tu caso la viste. Perdona, no lo he podido evitar XD

    Bueno pero más allá de la rojez tú estás bien, no?

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  20. Jajaaj, eres como Ally Mac Beal en versión masculina, jajaja

    Besazos!!

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  21. Lo que a mí me extraña es que yendo a un gimnasio, estando tan musculado, uses "crisol"; son los últimos vestigios de tu asexualidad, supongo ;)

    Tenía entendido que los maduros eran menos bruscos

    Besos

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  22. uuyyy que mal rollo. A mi me dolería más la gente mirando que el propio golpe.

    Un beso

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