Sé lo que hice el último verano

     Miles, millones, hordas de personas han preguntado, indagado, removido, conmovido, triturado, exprimido, zarandeado, saqueado, cotilleado y todos los verbos conjugados en -ido o -ado que se os vengan a la cabeza en busca de la verdadera verdad de lo que ha sucedido este verano para que tanto mi blog como yo mismo hayan estado ausentes de la blogosfera. Bueno, yo aún ando un poco ausente pero creo que poco a poco iré retomando el ritmo...

     Y es que, bueno, tengo muchas cosas que contar pero no sé por qué empezar. Debería hacer un post sobre cómo me convertí en monologuista. Otro sobre cómo superar una despedida de soltero y no morir en el intento. O dos. Otro sobre cómo me hice barranquista, otro sobre... en fín, demasiados post que no prometo hacer pero tampoco descarto sobre todo cuando la inspiración esté en tiempos de vacas flacas. 

     Sin embargo, de entre tantas cosas que he ido haciendo, hay varias que merecen ser recordadas. Las llamaremos "razones por las que las vacaciones deben ser obligatorias" y voy a enumerarlas a continuación para recordárselas a la OCDE y la señora Merkel cuando nos sigan recortando el estado del bienestar que a este ritmo se va a quedar en un estado de estar a secas (y, para alguno, estado de estar jodido, incluso).

     Así que allá que me voy:

     Razón 1: Que te follen y no te disguste al ritmo de "Erase you". Que dicho así igual no suena a demasiado pero os recuerdo que yo teóricamente era activo. Claro que también debería hacer un post sobre esto porque tendría que contaros cómo fue aquello y el momentazo de la tarde cuando en medio del polvo no se me ocurrió otra cosa que darme cuenta de que tenía ganas de mear. Cosas de la inexperiencia.

     Razón 2: Para viajar a una ciudad desconocida a tomar unas sidras con desconocidos y terminar en un desconocido pub montando el show y no sólo al show sino también a los dos desconocidos con los que había ido a conocer la ciudad desconocida. En fín, que me he hecho un trío y hasta creo que repetiré.

     Razón 3: Para acosar al monitor de barranquismo mientras te dejas manosear para que te quite la cuerda y tú piensas que ya podía quitarte otras cosas también.

Me estoy dando cuenta que estas razones son demasiado sexuales para ser asexual. Buscaré alguna otra para compensar pero sin agobiar que no son horas.

     Razón 4: Para ir a la playa a tomar el sol y terminar contemplando media hora más tarde una hermosa tormenta de rayos y truenos hasta que el diluvio universal te obliga a todo el mundo a salir corriendo mientras tú te alegras de haber llevado sombrilla (que es, a la postre, un paraguas talla XXXXXL).

     Razón 5: Para recordar por qué eres gay el último día de las fiestas del pueblo al volver a ver al camarero que el pasado año me invitó a un agua mineral viendo cómo se te caía la baba admirando su cuerpo serrano. 

     Bueno, está visto que hoy ando con la hormona disparatada así que lo voy a dejar aquí. Pero de todas estas cosas y de muchas más hablaré en más detalle en los posts venideros, siempre y cuando no abran otra exposición por ahí con mi nombre y queden mis anécdotas para tiempos mejores... 

     En fín, hasta luego, corazones, que tengo un momentazo Anne Igartiburu que hasta creo que me voy a poner a bailar a lo Antonia Dell´ate pero sin espatarrarme boca abajo (lo siento pero ni existe video en youtube ni fotos de aquel momentazo televisivo que sólo yo debí ver). Y como a falta de pan, buenas son tortas, aquí os dejo parte del videoclip de esa insigne mujer, que en este país cualquiera se arriesga a meterse a cantante. Y digo yo, si ella pudo, no voy a poder yo???