martes, 11 de octubre de 2011

Fiestaaa!

     Bueno, visto el éxito de mis nuevos cambios y el mal gusto que prolifera por mis lectores, he decidido cambiar un par de detalles para hacer más legible mi blog. Digo yo que para cuatro pelagatos que me leéis aún, tendré que haceros cosas, digo caso. Pero luego cuando a Lady Gaga le dé por poner de moda la letra verde fluorescente, que nadie olvide que yo fuí un visionario! Aunque, si os soy sincero, para visionaria la autora de la mitad de los tocados que llevaban las invitadas en la boda a la que fuí el fin de semana pasado. Ha debido aniquilar los gallineros de cincuenta kilómetros a la redonda, porque en las cabezas de aquellas damas había más pluma que en alguno de los pubs que frecuento.
     Y es que esto de las fiestas populares es lo que tiene, que uno se pavonea de lo que tiene y de lo que pretende tener, y entre eso y el alcohol a espuertas todo termina en una orgía de sonrisas y lágrimas -y, a veces, de orgía a secas, pero ese no ha sido el caso, que ya tocaba reivindicar la asexualidad-.La verdad que no sé si vosotros tenéis un pueblo al que ir de fiesta en verano, pero si no lo tenéis es una experiencia que no deberíais perderos. Porque el mundo de las fiestas puebleriles es como un ecosistema completo. 

     Por si acaso, os invito a que revivais conmigo uno de los días de fiesta en el pueblo de mi madre, que últimamente está desconocido porque la autovía le pasa al lado y están todos revolucionados pensando si pedir que les instalen un semáforo, aunque les da miedo a las autoridades concedérselo por si se atasca mucho la circulación cuando crucen las vaquiñas de un prado al otro, carretera nacional por medio. 
     Una de las cosas que encuantras siempre en cualquier fiesta es la panda de los escolióticos, que como su nombre indica tienen la espalda retorcida de tanto apoyar el codo en la barra del bar. Esos, la verdad, no requieren muchos mimos por parte de la Comisión de Fiestas, da lo mismo que lleven a Pepito Pérez que a David Bisbal, son fijos y su único movimiento es el de flexión del codo y apertura de mandíbula. (Vale, también debería añadir el movimiento baja la bragueta y me pongo a mear, porque de lo que se come -o bebe- se cria...). Así que da igual si llegas pronto o tarde, siempre están allí, como estaban cuando nosotros llegamos. La música sonaba mientras con un ojo peleábamos por encontrar un hueco en la barra donde servían empanadas y bollos preñaos, y con el otro intentábamos calcular en qué momento rompería a llover, porque este año el mes de agosto fue tan limpio que todos los días nos duchaba. 

     Una vez agotado el momento vianda, y ya con el combustible relleno, llegó el momento de los epilépticos y termomíxicos, que bailan como si no hubiera un mañana, y les da lo mismo que suene una polca que un himno nacional. Eso sí, cada uno con su ritmo, lo más frecuente es que se acompasen con cadencia de bachata dos-pasitos-derechos-un pasito-izquierdo y así circulen por la pista de baile. En esas estábamos cuando una de mis tías me sacó a bailar, porque sí, en el pueblo de mi madre te sacan a bailar quieras o no, que para cuatro que somos no nos queda otra que hacer bulto, y más ahora que tenemos tanto tráfico rodado. Así que ahí que fuimos, mi tía y servidor a la dura jungla de la pista de baile.

     No recuerdo bien si fue cuando sonaba el "soy minero" o "el emigrante",. pero no puedo olvidar el susto que se reflejaba en la cara de mi tía cuando Maruja, una de las representantes de los termomíxicos, entró en trance. Girando como una peonza se dirigió hacia nosotros, y la pista entera de baile se vió envuelta en una especie de agujero negro que ríete tú de Stephen Hawkin. El resultado: todos por el suelo, medias rotas y peinados trastocados.

     Aunque, si hubo un momento estelar, fue cuando al hijo del panadero (un auténtico bollito, pero no porque esté bueno, sino por lo que engordan) le dio por creerse modelo de calzoncillos y empezó a despelotarse. La gente jaleándolo, lo cual demostró que yo no soy gente sino otra cosa, y el bollito estaba en paños menores en apenas un minuto. Menuda pelambrera. Si un piojo cae en su piel, muere de sobredosis. 

     En fín, podría seguir pero me reservaré otras anécdotas para un día mejor. Porque, realmente, una fiesta de pueblo puede ser muchas cosas. Pero quien vaya a una y no se deje llevar por su magia, no sabe lo que se pierde. O es que, sencillamente, no se sabe divertir.

13 comentarios:

  1. jajajajaja pues en esas fiestas uno ve de todo, yo e mis vacaciones pasadas tuve que bailar un paso costumbrista que nunca habia hecho en mi vida! No sabes la verguenza que da no saber esas cosas.
    Ah y un tio borracho se desbarranco por una ladera!! (que parece que todos los años cae uno), que la fiesta se detuvo para hacer un censo y ver quien faltaba (asi sabian quien se habia caido) y luego ya enterados! pues la fiesta continuaba!! jejejeje ¬¬'

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  2. Si señor, sin rescatarlo Gary, jajaja. La fiesta estaría bien pero el descalabrado no era muy querido jajaja.

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  3. Me he partido de la risa, vas cogiendo el tono de MOCHO en tus crónicas de sociedad, lo del piojo muerto de sobredosis deberían recogerlo en alguna selección de esas de "grandes perlas literarias de la humanidad", ahí has estado sembrado.... jejejeje.... me alegro de que te lo hayas pasado tan bien...

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  4. Pues no cres, andres, que me gusta mucho a mi esto del amarillismo. Por eso me he callado lo de la pelea que corto el trafico, por ejemplo. En fin, las fiestas es lo que tienen, y mejor ver a este despelotado que tirarle piedras a un toro hasta matarlo, no?

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  5. No, si yo soy todo un experto en bodas, actos y demás fiestas de pueblo, ya sabes lo que tenemos los catetos, con la diferencia de que mi pueblo es... pijo por así decirlo, pero no por los propios habitantes, si no por la gente que viene de fuera. ASí que algo controlo del tema. El caso es que me has dado una idea perfecta para hacer un par de posts sobre la Tía Cleta, una tía de mi padre con la que nunca puedo resistir el bailar "El Puente desde Valencia hasta Mallorca".

    Bicos Ricos

    Pd.: Por un momento pensé que estaba en El Blog Que Thiago... jojojo

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  6. En el blog que thiago??? Ay, no me lo nombres que me pongo a llorar (no por la comparacion que no sé donde verás tú el parecido, pues él escribe mucho mejor sin duda alguna, si no porque su sola mención me recuerda que ya no está entre nosotros y me entra un momento cebolla lacrimógena que no te imaginas).

    Y sí, de todos es sabido que ponen un parador sólo cerca del pijero, aq no sea el único requisito que en coruña si no tendríamos ya tres o cuatro...

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  7. Totalmente de acuerdo contigo, y más ahora que vengo de divertirme de las fiestas en salones de baile del interior cubano. Traslado los personajes y me encuentro las mismas historias. Semi desnudo incluido.
    Qué bonito te ha quedado el cambio de diseño.

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  8. Es lo que tienen las fiestas de pueblo, y porque lo tuyo era una boda que si no incluso hasta había botellón rural...

    Besos.

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  9. Jajajajajajajajaja... Mira que he ido veces a fiestas de pueblos de mi tierra y he visto cosas como esas que narras y más, pero no soy capaz de hacer una narración de los hechos con ese salero, puede que sea porque yo veo todo eso tan patético...

    Muchas gracias por alegrarme el día.

    Una abrazo.

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  10. recemos por el piojo fallecido.amen.

    jajaja

    bueno y por cierto gracias por no dejarme cegato ;) y si alguna vez lady gaga quiere patentar el verde fosforitociegablogeros yo atestiguare en tu favor que tu eres su unico creador XD

    Bsos

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  11. Maravilloso post. Y si, como dijo Pimpf tiene algo de Thiago.
    Recuerdo algún monologo del Gran Gila (es que soy del siglo pasado) sobre las fiestas de su pueblo y este no le queda a la zaga.

    Besotes

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  12. Lo del piojo, pienso que fue por falta de oxigeno...tu sabes que en la jungla, hay lugares donde el oxigeno escasea, puede ser similar en zona de vellos.

    Cómo sigue su celulitis?

    Espero que hays disfrutado...a mi me han advertido de una para el fin de semana...

    Saludos

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  13. Mucho mejor esta letra, hombre. Ya no me dan esos ataques epilépticos tan chungos...jaja.

    Has descrito, tal cual, las fiestas del pueblo de mi madre en Castilla. Es que hay cosas que no cambien en esta nuestra querida España. Las tías que te sacan a bailar sí o sí. Qué cruz.

    Besos y agur

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