sábado, 8 de enero de 2011

He Vuelto!

     Bueno, queridos blogueros, blogueras, curiosos varios y gente perdida por la red que hayais caído en este mi proyecto de blog. Bienvenidos. O bienreencontrados, que es todavía mejor :-)

     Después de unas cortas vacaciones (¿acaso las hay largas?) heme aquí para, con ánimos renovados, hacer que este blog llegue a vuestros ordenadores de nuevo. Y claro, ahora se supone que debería hablaros de alguna cosa graciosa como cierta fuga de información que me va a traer algún quebradero de cabeza por culpa del maldito facebook, o comentar mis regalos (los dados o los recibidos, viva la versatilidad), pero ando tan atareado entre el trabajo, las mil actualizaciones de blogs ajenos que tengo que parasitar, y las ganas de mear que me estoy aguantando mientras os escribo este post, que he decidido hablaros de la historia de mi abuela ciclista, de la que ya un día comenté algo en una respuesta a algun@ de esos seres misteriosos que son mis seguidores (por cierto, ¡que ya sois 11! ¡Como el año que empezamos! ¿Llegaremos al 2012 consiguiendo sumar sólo otro? ¿O superaremos el listón y seremos 2012??? Buah, eso sería una pasada, pero... ¡Soñar cuesta taaaaan poooooco!). Y es que si por el mundo alante hay quien tiene una abuela paracaidista, funanbulista o incluso alguna abuela fantasma, la mía que no va a ser menos, aún tiene cuerda para dar y tomar.

Mi abuela y yo mismo volviendo a casa después de
entrenar para la subida a Covadonga 2011
     Que diréis vosotros que dónde voy yo con una abuela ciclista. O que a lo mejor anduvo en bicicleta en sus años mozos, que también pero como todo el mundo de aquella (mi abuela tiene 89 años). Pero no. Es que mi abuela se ha metido a ciclista hace apenas dos meses. El caso es que hace tiempo que la buena de la mujer está hecha un cromo porque sus huesos se le deshacen poquito a poco, y cada vez le cuesta más caminar. Encima se le han espachurrado un par de vértebras y ya parece un signo de interrogación si la ves de lado, pero como tiene una fuerza de voluntad descomunal se empeña en seguir caminando porque no quiere verse más impedida. Así que un día me preguntó cómo podría hacer para tener más fuerza en las piernas. Y yo me puse a pensar y pensar y pensar y al final un día llegué desde Galicia a Asturias con unos pedalinos (como los llama ella) para que, estando sentada en su silla, pudiera pedalear. En realidad la idea era que se moviera un poco porque es un ejercicio sencillo y que siempre ayuda a no anquilosarse. Pero mi abuela le ha pillado vicio y se dedica todos los días a pedalear 50 minutos de reloj a un ritmo que ya lo quisiera para sí alguno para subir el Tourmalet. Y sin doparla, a no ser que el café con leche de la merienda lleve algo más que azúcar!

     De momento dice que ya no tiene frío en los pies. Pero yo creo que si sigue a este ritmo, para su noventa cumpleaños la veo dándonos una master-class de Spining a todos, Steewa (su bisnieta en proyecto) incluída. De momento, yo ya me declaro su manager personal así que si los del Rabobank (no podía elegir mejor equipo, dado su nombre) quieren pujar por ella para la subida a los lagos de Covadonga, que se pongan en contacto conmigo :-P

6 comentarios:

  1. Bueno, bueno, bueno... Ahora tenemos dos abuelas en la blogosfera, la tuya ciclista y la fantasma de THIAGO. No sé porque, querido Z, que tu me suenas muy THIAGO. ¿No será, Thiaguiño, que te has abierto otro blog? Como se ve que tienes (o tu equipo...)tiempo de sobra... Más que yo desde luego y eso que soy ¡jubilata! Besotes, M.

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  2. Jajajajjaa, ahora se me va a picar el Thiago! Yo soy mío y sólo mío y mi abuela la ciclista existe desde que el mundo es mundo (o desde luego, desde mucho antes que yo mismo). Además que de momento mi abuela está viva y muy viva, aunque a la pobre cualquier día la llaman del otro lado y se nos pone en pista de despegue.

    Pero la verdad, ya me gustaría a mí ser Thiago. Más que nada por lo de los 19 cm y tal, que con un cm más ya me daría para hacermelo todo y todo yo solito y al final iba a parecer un caracol pero qué feliz iba a estar.

    Perdón por la ordinariez pero es que cuando uno está cómodo le salen las cosas sin pensarlas, jajajaja. Y tú, merche, me haces sentir cómodo ;P

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  3. jaj Vengo por alusiones.... jaja Z no soy yo, aunque ultimamente, merche, cari, han salido blogueros gallegos hasta de debajo de las piedras. Luego ya supongo que el estilo y la célebre retranca gallega hace el resto.

    Eso si, cari entre tener una abuela fantasma y una abuela ciclista yo casi prefiero la fantasma, que asusta menos, jajaaja Eso sin contar que tu abuela es ciclista reciente, pero la mía es fantasma de toda la vida, con papeles, vamos, jaaj


    Bezos.

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  4. jajajaja, ves, Merche, yo no soy thiago. A lo que se ve soy, todo lo más, un cangrejo (no son los que suelen estar debajo de las piedras? O eran los gusanos?).

    Y sí, mi abuela de momento lo de hacerse ciclista pro se lo está pensando, que no sabe cómo llevará de bien lo de tener que estar disponible full time para los vampiros de la UCI.

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  5. Mucha casualidad que el único que ha contestado sea THIAGO... En fin... Besotes, M.

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  6. Jajajaja, Merche, no te piques! Desde luego no te auguro un gran futuro como espía, jajajaja, menos mal que no te has dedicado a eso :P

    Que no soy Thiago. Ni le conozco en persona. Ni le he dibujado. Si ni siquiera soy poeta, jopetas, que una vez lo intenté y me salió una oda a los cementerios!

    :P

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