Abrazos en el aire

     Día de domingo postsalida. Como siempre me deja el regusto amargo de haber salido y no haber triunfado (si descontamos ese individuo sin dientes que se estrujaba contra mi espalda hasta que ligó con otro tío, dejándome con cara de "no puedo creerme que este hombre ligue y yo no me coma un rosco"). Tenía, decía esa sensación tan de museo que me deja el ambiente de mi ciudad, en la que puedes salir y mirar, pero si te arrimas -o se te arriman- saltan todas las alarmas antiviolación posibles (no es acaso mi comentario entre paréntesis previo un ejemplo de ese tipo de comportamientos que critico?). Así que para quitarme el mal cuerpo y ya que el mar estaba como un plato plato plato y no había quien pudiera pillar una ola, quede con un buen amigo para pasear un rato por el parque que tengo al lado de casa y tomarme un chocolate con churros, en plan foca total. 

     Y así fue, paseando, cuando mi amigo P. me dijo que tal vez lo que me pasa a mí es que necesito no un follaamigo, sino un abrazaamigo. Mi cara de shock y mi media sonrisa dibujada sirvieron de motivo para que -risas enlatadas de por medio- mi buen P. me explicase su visión de la abrazaamistad. Pues bien, un abrazaamigo, que yo ni siquiera sabía lo que era, no es otra cosa que alguien a quien achuchar de vez en cuando y con quien hablar y reirte. Justo como una pareja pero sin que medie el sexo, o si éste existe, que no implique ninguna relación de reciprocidad, exclusividad ni nada que se le parezca.

     Teniendo en cuenta que he pasado por momentos de buscar follaamigos, de buscar polvos fáciles o difíciles, de conocer gente... que me ha faltado poner anuncios en las farolas, vaya, pues no sé, a lo mejor es eso lo que en realidad necesito.

     Por otra parte, no sé. Eso de tener que abrazar a mí en el fondo no me gusta demasiado. Cada uno tiene sus taras y yo el contacto físico lo llevo regular (y eso que he mejorado mucho, pero mucho, mucho, oiga).

En fín, abrazamigos posibles tampoco se me ocurren demasiados. Pero supongo que será como en todo, esas cosas o surgen o no surgen. Y además, qué demonios!, yo no he dicho que necesite uno. 

No, si al final terminaré comprándome un perro. Terminaré muriendo de un infarto y deborado por él, como temía Ally McBeal que le pasase? Pues vaya plan vital de mierda :S