martes, 28 de diciembre de 2010

Inocencia

     Inocencia se llamaba la buena de la señora que cuidaba a mi abuela que en paz descanse hará al menos una década o quizás dos. Pero lo de Inoz (que fue como la llamó mi padre un día cuando se le olvidó el resto del nombre, cosas que pasan en mi familia) viene por el día en que esta(ba)mos hoy, 28 de diciembre por los pelos. Así que recordando las inocentadas que mi otra abuela (que aún está viva y cuerdísima) nos gastaba cuando éramos jóvenes, pensé en hacer un post con una mentira gorda, gorda para celebrar el día de los inocentes. Pero no se me ocurría nada. Luego se me ocurrió que quizás sería mejor contar alguna de las mil historias increíbles que me han pasado a lo largo de la vida para que la gente pensase que les estaba tomando el pelo. Pero tampoco se me ocurrió nada. 

     Y en eso andaba, elucubrando, cuando en la radio dijeron que el Dépor había fichado a Ronaldo -obviamente mi carcajada en el coche fue de aúpa, espero que no haya sido algo real porque Ronaldo podría comprarse todo el Dépor y no creo que Lendoiro sea tan (in)sensato de contratar a alguien que le pueda quitar el puesto-. Así que si ellos podían contar una fula, yo también, sólo faltaba. Entonces fue cuando me acordé del día en que se me cayó la pesa encima de los morros y terminé con una herida de cinco puntos y un diente en la UVI que sólo las artisticas manos de mi primo el dentista consiguieron salvar. O del día en que me propusieron rodar una peli porno y dije que no porque no me apetecía hacer la prueba con quien me tocaba. Y el día en que me acosté con un doble de Cristiano Ronaldo y terminé aburrido porque tenía menos conversación que un cactus. También recordé el día en que sobé hasta la saciedad a Jaime Cantizano que no sé cómo tiene tanta paciencia el pobre hombre y hay que ver qué bueno está, y el día en que mi primo el Londinense me enseñó la casa que se había comprado Madonna y la cúpula donde un director de hotel le había propuesto matrimonio, al ladito del Cupido de Picadilly Circus. O cuando estuve tomándome copas con Deborah Ombres y me explicó que para salir los guantes eran un coñazo porque se te pringaban las manos con las copas y no había manera de sacárselo. O el día en que la "Parade" (supongo que la mejor traducción es desfile) a la que yo había ido con mi compañero de piso en Harlem terminó disuelta a balazos y con dos muertos y todo el mundo corriendo calle arriba y calle abajo. O tantas y tantas otras...

     Así que, como aún estamos en el día de los Santos Inocentes, juguemos un poco con la mentira y la verdad, y decidme, cuál de todas estas historias os suena a ficción y cual a realidad? Os daré una pista: hace tres años, yo vivía en Nueva York (que además, como dice un buen amigo, hay que decir esto de vez en cuando que es una frase que vende mucho para ligar por el mundo alante). Y sí, mi primo, es dentista.

5 comentarios:

  1. Yo es que soy tan credulo que me lo trago (ejem) todo, y además ninguna de las cosas que cuentas es muy descabellada, tal vez lo más rocambolesco es lo del Parade, pero si viviste en NY (envidia total) entonces tampoco lo es...

    Yo es que me divierto mucho con lo que cuentas y sobre todo con la manera de hacerlo, que tienes mucha gracia, shikiyo, jeje...

    Besos pre-dosmilonceros (o dosmiloncenses)...

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  2. Yo diría que lo de las pesas es cierto, lo demás, puede ser, si además viviste en NYC, es factible. Anda, cuenta, cuenta, jajajaja.

    Besazos!!!

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  3. Mira, yo me creo todo. Pero la gran inocentada para mi fue llegar a Canada el 28 de diciembre de 1955... No te digo mas. Besotes, M.

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  4. Yo, como Theodor, me lo creo todo menos eso de que se loga mas diciendo que viviste en nueva york jejej la unica manera de ligar mucho es teniendo un buen aparato.
    Besos

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  5. jajajajaja, pues sí, lo de vivir en nueva york no ayuda nada a ligar. En realidad todo es real menos lo de la pesa, con los dientes tan bonitos que tengo yo!

    Ays, en realidad es cierto que mi vida es un poco aburrida. Pero bueno, ya lo solucionaré cuando sea mayor, jajajaja.

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